
Noaj. Salir del Arca.
El fin de la parashá Bereshit termina mostrando un mundo corrupto.
El hombre utilizó sus potencialidades en desarrollar sus aspectos más negativos y destructivos.
El mismo Ds que estaba conforme con su creación, ahora dice que se arrepintió de haberla creado.
Solo Noaj es visto con esperanza.
Solamente él merece ser salvado entre toda la creación para volver a comenzar.
La historia ya la sabemos. El arca. Las parejas de animales. La comida. La familia de Noaj. El diluvio. El cuervo y la paloma y, finalmente, salir del arca. ¿Cuál fue la visión de Noaj en ese momento?
¿Qué experimentó al salir a ver el mundo?
¿Se puede tolerar ver la destrucción total?
Quien es testigo de una tragedia así, ¿puede volver a ser el mismo?
Sucedió que en el año seiscientos uno, en el mes primero, en el primer día del mes, se secaron las aguas de sobre la tierra. Retiró Noaj la cubierta del arca y observó y he aquí que se había secado la faz de la tierra.
En el mes segundo, en el día veintisiete del mes, quedó seca la tierra. Habló Elokim a Noaj diciendo: Sal del arca, tú y tu esposa y tus hijos y las esposas de tus hijos, junto a ti. Todos los animales que están contigo, de toda creatura: aves y animales y todo reptil que repta sobre la tierra, harás salir contigo. Pulularán en la tierra y fructificarán y se multiplicarán sobre la tierra. Salió Noaj y sus hijos y su esposa y las esposas de sus hijos, junto a él.
Cuando dejó de llover y bajaron las aguas, Noaj permaneció en el arca.
¿Acaso no tenía deseo de salir? ¿Acaso no estaba agobiado de estar encerrado con los animales durante tanto tiempo?
El Rab Edery ZTL nos permite profundizar en este tema:
Llama la atención que Noaj necesite un mandato Divino para salir del arca después de haber constatado él que las aguas habían menguado y que la tierra estaba seca, por una parte y, por la otra, también llama la atención el cumplimiento de esa orden en forma distinta a la prescripta: en lugar de “tú y tu esposa…” salió “Noaj y sus hijos y su esposa y las esposas de sus hijos, junto a él” (Vers. 18).
Abarbanel, en nombre de otros exégetas, dice que hay un temor tácito de volver a empezar la vida fuera del arca y formar otra vez una familia y procrearse, ya que Noaj y su familia viendo el cataclismo que se abatió sobre la humanidad eran presas de pánico y no querían tener hijos para evitarles el sufrimiento y el horror vividos por el género humano.
Y de allí el imperativo divino que dice: “¡Sal del arca!” En otras palabras, el ser humano con su poder de adaptación a situaciones difíciles corre el riesgo de un acostumbramiento a situaciones opresivas perdiendo la visión del mundo de libertad con sus desafíos y satisfacciones. Parecería ser que la búsqueda de seguridad puede empañar nuestra visión hasta el punto de necesitar ser compulsados a buscar la libertad. Un arca precaria, construida para una emergencia, puede tornarse en nuestro hogar y protección definitivos, en detrimento de lo estable, de lo real y de nuestra integración al mundo creado por D’s en su total amplitud.
¿Qué otras situaciones son similares?
¿Alguna vez sentiste lo que se describe en estos comentarios?
Shabat Shalom
Rab Alejandro S. Bloch
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