Parashát Ki Tavo – Viernes 20, septiembre / 17, elul: Velas: 19:20 hs.

Shoftim. Sistema y finalidad.

En cada una de las secciones, Moshé va abordando un tema diferente de la construcción de una sociedad basada en las enseñanzas de la Torá.

En esta parashá retoma la organización de la justicia que había sido mencionada anteriormente.

Jueces y alguaciles deberás designar para ti, en todas tus ciudades -que Adonai tu D’s. te concede a ti- para tus tribus; y deberán juzgar al pueblo: ¡Juicio de equidad! No harás desviar el juicio, no habrás de ser condescendiente con conocidos; no habrás de aceptar soborno, ya que el soborno enceguece los ojos de los sabios y deteriora las causas justas ¡Equidad! En pos de la equidad irás, para que hayas de vivir y puedas poseer la tierra que Adonai tu D’s. te da a ti.

El texto es claro.

Establecer un sistema de justicia objetivo.

Poner al frente de éste jueces insobornables.

Establece este sistema para dirimir los conflictos entre las personas basado en los valores de equidad y no de estatus personal, poder o riqueza.

En este breve texto aparecen temas universales, como la búsqueda de la equidad, y la intención de influir en los jueces por medio del soborno.

Uno de los factores sobre los que se evalúa un país, es si, efectivamente, la justicia es independiente.

Una sociedad en que la justicia, o mejor dicho el sistema judicial, solo sirve para defender los intereses de los poderosos y no tiene como meta final la equidad, destruye a la sociedad por dentro, ya que nadie está seguro y ni puede confiar en la protección de sus derechos, sus bienes, su integridad física o moral.

Lo mismo pasa con el acceso a la justicia. Si los costos son tan elevados que los que tienen más recursos pueden reclamar o defender mejor sus derechos, gran parte de la población queda indefensa.

El rab Edery ZTL nos enseña como es el desarrollo del sistema judicial en el antiguo Israel:

La parasháh anterior se había referido a aspectos de la vida espiritual del pueblo de Israel, especialmente aquellos relacionados con  “bet ha-bejiráh” -futuro Santuario de Ierushalaim-. Ahora la Toráh enunciará las leyes tendientes a lograr una convivencia social armoniosa.

Comenzará por ordenar la organización jurídico-legal base de toda sociedad moral. En todas las ciudades del territorio de Israel cuya población excediera los ciento veinte hombres, se debía designar cortes compuestas por veintitrés jueces. La población que no excediera dicha cifra, contaría con una corte compuesta por tres jueces. En Ierushalaim se habría de constituir la Corte Suprema, de setenta y un miembros, llamada “Bet-Din Hagadol” “Sanhedrin Guedoláh”. No resulta claro de la lectura del Talmud y de los midrashim si además de las cortes de justicia de veintitrés miembros, llamadas “Sanhedrin Ketanáh”, había cortes de justicia provinciales para la ciudad principal de cada tribu.

La competencia de la corte de veintitrés miembros abarcaba los asuntos penales y criminales, pudiendo eventualmente dictar sentencias de muerte;, las cortes de tres miembros, en cambio, entendían solamente en causas comerciales y económicas en general. Los “shoterim” -que traducimos “alguaciles”- hacían cumplir la ley, de acuerdo con los decretos y sentencias de las cortes. Para todo lo concerniente al sistema judicial de la Toráh, véase Exodo 21 y nuestra amplia introducción y comentarios al respecto.

El propósito central era obtener equidad

La equidad que se debe alcanzar, como resultado del juicio, define en última instancia si és te ha sido válido. Todo  “mishpat” -juicio- que no conduce a  “tsedek” -equidad- carece de fundamento y por lo tanto no puede ser llamado con el nombre de “juicio” Los sabios del Talmud explican que “tsedek” -equidad- significa equidad para ambos litigantes, sin ningún prejuicio ni preconcepto. Recordemos que צדק “tsedek” -equidad- deriva de la misma raíz que  צדקה“tsedakáh” -generosidad-. Véase el comentario de Rashi a Levítico 19:15. De acuerdo al derecho hebreo, antes de ser juzgada, toda persona es considerada inocente, y debe ser tratada como tal (con generosidad). Caso contrario el juicio dejará de ser ecuánime. Rashi nos recuerda también la obligación que tenemos de “designar jueces competentes y justos, capaces de juzgar con equidad.

Es posible que en nuestros días los procedimientos judiciales hayan avanzado así como los forenses y otros, lo que nunca se debe perder es el objetivo central de hacer justicia y lograr la equidad.

Shabat Shalom Umeboraj.
Rab Alejandrio S. Bloch

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