Jaie Sara. Rituales
¿Cómo surgen los rituales? ¿Por qué surgen?
Hay momentos en nuestra vida en que nos enfrentamos a experiencias que nos sorprenden, nos abruman, intrigan, nos hacen reflexionar, nos llenan de alegría y/o nos invaden con su dolor.
Son momentos personales y colectivos, en los que la humanidad de modo universal ha acompañado con gestos, con palabras y acciones, relatos y melodías que nos permiten dar cuenta que algo está cambiando, que algo cambió, que ya no somos los mismos.
Muchos de esos rituales entran dentro de la categoría ritos de pasajes, ya que los que participan, consciente e inconscientemente, comienzan de un modo y finalizan de otro.
Los rituales están sostenidos por una comunidad que los comprende, interpreta y actualiza, para dar sentido a esos momentos únicos.
Los rituales no se crean ni se olvidan de un día para otro.
Están arraigados en la memoria y se entrelazan con nuestros sentimientos más íntimos y personales.
Darles nombre a nuestros hijos, reconocer su llegada a la edad de la responsabilidad, formar una nueva familia y despedir a un ser querido pertenecen al grupo de rituales que llamamos Ciclo de la vida.
En muchos de estos casos están embellecidos con mitzvot, Brit Milá,Talit y Tefilin, Shivá, aunque también hay muchos minhaguim, muchas costumbres que se han sumado con los siglos.
Por ejemplo, es una Mitzvá lo que hizo Abraham con Sara que leemos en esta parashá: darle los honores finales, y encontrar un lugar digno para que una parte de su existencia pueda descansar. Cuando aún no había cementerios como los conocemos ahora, Abraham adquirió un lugar para que los restos de Sara queden protegidos, en la cueva de Majpeja.
Murió Saráh en Kiriat Arbáh – ahora Jebrón – en la tierra de Quenahan; vino Abraham para endechar a Sarah y a llorarla.Levantóse Abraham de ante su difunto y habló a los hijos de Jet, diciendo: Forastero – residente entre vosotros – soy, cededme una posesión para sepultura – entre vosotros – para que entierre mi difunto que está ante mí
Cada civilización ha enfrentado el tema de la muerte con rituales, con símbolos para poder acompañar a los difuntos y a sus familias, para poder dar sentido a la vida y a la muerte.
El pueblo judío aprendió a enfrentar el abismo que implica la muerte, la imposibilidad de comprender y conocer aquello que esta más allá de nuestra capacidad de experimentar, de manera simple, profunda y sensible.
Cuidamos del fallecido, nunca lo dejamos solo, le brindamos honor, todos nos iremos atravesando la pureza del agua, vestiremos la misma ropa simple, sin lujos, y volveremos a la tierra, como dice el versículo: de la tierra fuiste tomado y a la tierra volverás.
Luego acompañamos a la familia, una semana, un mes y un año, marcando así que el tiempo y la vida no nos permiten quedar anclados en el dolor, sino que debemos seguir adelante.
Es por eso, que después de un funeral, no volvernos sobre nuestros pasos, sino que seguimos hacia adelante, y nos lavamos las manos, que representa el regreso a la vida.
Parashá Jaie Sara, en donde el fundador de nuestro pueblo y de nuestra fe, nos enseña como acompañar al que Partió, nos desafía con su nombre, Jaie Sara, la vida de Sara, o las vidas de Sara. En esta parashá en la que despedimos tanto a Sara como a Abraham,
sus enseñanzas siguen siento el modo en que nosotros despedimos a nuestros seres queridos, aprendiendo de la sabiduría milenaria de nuestra tradición.
Shabat Shalom Umeboraj.
Rab Alejandro S. Bloch
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