
Itro. La revelación.
La primera revelación de Ds a Moshe fue en la zarza ardiente, en el comienzo de nuestro libro.
Aquí leeremos sobre la revelación de Ds a todo el pueblo de Israel.
La tradición hace coincidir el lugar, el monte Joreb inicialmente y ahora el monte Sinai, son el mismo lugar, también llamado el monte de Ds.
Antes Moshe era pastor de ovejas, ahora es el líder de un pueblo.
La Tora describe la llegada de Israel al pie del monte de la siguiente manera:
Al tercer mes de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto … en este día, llegaron al desierto de Sinai. Se habían trasladado desde Refídim, vinieron al desierto de Sinai y acamparon en el desierto. Acampó allí Israel, frente a la montaña.
En el texto original hay algunos matices que dan pie a nuestros maestros a profundizar.
El Rab Edery ztl se explaya:
De acuerdo con el Midrash Mejilta el uso del verbo acampar en singular denota la unidad de Israel frente a Sinai, que acamparon כאיש אחד בלב אחד «Queish ejad belev ejad» -como un solo hombre y con un solo corazón-. Sin embargo, según el autor de Tseror Hammor, esto indicaría que había dos grupos y dos categorías de personas frente a har Sinai, los que conformaban el grueso del campamento que «acamparon» (verbo en plural) y los otros incluidos en el verbo acampar en singular, quiere decir, realmente unidos, física y espiritualmente. Por otra parte, de acuerdo con este autor y con otros de la misma tendencia, este hecho, o sea la existencia de grupos con intensidades espirituales variadas, se deducirá de los indicios que proporciona la Torah al hablar sucesivamente de: : בית יעקב ‘bet Iahacov» -casa de Iahacov-. בית ישראל «bet Israel» -casa de Israel-, בני ישראל «bene Israel» -hijos de Israel y העם «haham» –el pueblo-.
No es casual que el último año y medio hemos escuchado algo similar, AM EJAD LEV EJAD; un solo pueblo un solo corazón.
En esta parashá encontramos los aseret adivrot, las 10 alocuciones, los 10 mandamientos, recibidos en el Sinaí.
La condición básica para que esta revelación ocurra es la unidad.
Nuestro pueblo es plural, diverso, en muchas oportunidades con demasiadas polémicas internas.
Para recibir la Tora debíamos estar unidos, para poder captarla en todo su esplendor, con toda su profundidad, con todas sus posibles interpretaciones.
La Tora describe el momento de la revelación de la siguiente manera:
Ocurrió en el tercer día, que al entrar la mañana hubo truenos y relámpagos y nubes espesas sobre la montaña y un sonido de shofar muy fuerte. Y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento
Nubes espesas, ruido ensordecedor, truenos, shofar, relámpagos…
La revelación no se vio, se percibió, no fue una experiencia visual, fue una experiencia que estremeció.
Moshé no fue el mismo, el pueblo no fue el mismo.
El Midrash nos recuerda que nosotros, todos, estuvimos en el Sinaí, todas nuestras almas fueron testigos.
Nos resta ahora traerlo a la memoria, recordar ese encuentro con Ds.
Cada Shabat cuando leemos la Tora la bajamos del Aron Hakodesh, la leemos en voz alta, recordando ese momento único en que nos transformamos en pueblo cuando dijimos Haremos y Escucharemos, Naase venishma.
Shabat Shalom
Rab Alejandro S. Bloch
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