Truma Zajor.
Este shabat tiene dos lecturas. La primera corresponde a la Parasha Shabat Truma en la que Moshé pide al pueblo de Israel que entregue las ofrendas para la construcción del Mishkan. Del segundo Sefer, leeremos Zajor, una mita más compleja.
Dice, por un lado recuerda lo que te hizo Amalek, después dice, haz desaparecer el recuerdo de Amalek de la tierra, no te olvides.
Aquí está el texto:
Recuerda lo que te hizo Amalec cuando estabais de camino a vuestra salida de Egipto, cómo vino a tu encuentro en el camino y atacó por la espalda a todos los que iban agotados en tu retaguardia, cuando tú estabas cansado y extenuado; ¡no tuvo temor de Dios!. Por eso, cuando Ad-onai tu Dios te haya asentado al abrigo de todos tus enemigos de alrededor, en la tierra que Ad-onai tu Dios te da en herencia para que la poseas, borrarás el recuerdo de Amalec de debajo de los cielos. ¡No lo olvides!
Ámalek es el enemigo eterno del pueblo judío. El que ataca cuando estás cansado, el que ataca a los ancianos a los niños y a los heridos. Recordar y olvidar, borrar el recuerdo, todo en una misma mitzva.
Los Hasidim enseñan que Amalek, el enemigo eterno es el ietzer hará, el instinto que nos hace ir hacia el mal, que nos hace alejarnos del bien. La lucha contra él es eterna, siempre debemos permanecer alerta, recordar el peligro, bórralo de nuestra vida y no olvidar que siempre puede volver a influenciar nuestras decisiones o nuestros vínculos. La tarea es de todos los días, de todas las horas, de todos los minutos.
No es casual que leamos parasha Zajor antes de Purim, por un lado porque Haman era de su estirpe, por otra parte, para recordar que los judíos de Shoshan que vivían tranquilos y disfrutando de la comodidad de la gran ciudad, estuvieron a punto de ser exterminados. Por eso, también nosotros debemos estar atentos para impedir que Amalek, nuestro Amalek interior, nos pueda hacer daño.
Shabat Shalom
Rab. Alejandro S. Bloch
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