Vaetjanan. Rogar y suplicar.

Moshé recuerda el momento en que una vez más le rogó a Ds poder entrar en la tierra de Israel.

Yo había rogado a Adon-ai en aquel tiempo, diciendo: Adon-ai Elokím, Tú has comenzado a hacer ver a Tu servidos Tu grandeza y Tu poder fuerte; pues no hay dios en los cielos y en la tierra, que haga como Tus obras y como Tus magnas acciones. Pase yo ahora y vea la tierra buena que está allende el Iardén, la montaña hermosa esta y el Lebanón. Empero se enfureció Adon-ai conmigo por causa vuestra, y no me escuchó; me dijo Adon-ai a mí: ¡Bástete!, no sigas hablándome más de esta cosa. Asciende a la cima de Pisgáh, alza tus ojos hacia el occidente y hacia el norte y hacia el sur y hacia el oriente, y mira con tus ojos; ya que no habrás de pasar el Iardén, este. Y ordena a Iehoshúah, fortalécelo e infúndele valor; ya que él habrá de pasar delante del pueblo este, y él les hará tomar posesión de la tierra que vas a ver.

Podríamos ver la diferencia en la forma en que Moshé lo relata y lo ocurrido.

Por ejemplo, en la Torá, es Moshé el que pide a Ds un sucesor, y Ds nombra a Ieoshua.

Aquí, se describe una discusión entre Moshé y Ds, y una respuesta tajante de Ds mismo: ¡Bástete!, no sigas hablándome más de esta cosa.

Lo interesante, es la palabra inicial que elije para describir el diálogo: Vaetjanan, Rogué, traduce el Rab Edery, otros traducen como supliqué.

Moshé ya había rogado por el pueblo de Israel en ocasión del becerro de oro, y Ds le enseñó los trece atributos que son el núcleo básico de las slijot, tanto de los días previos a Rosh Hashaná, como de cada una de las plegarias de Iom Kipur.

Vaetjanan comparte la misma raiz con uno de sus atributos, Janun, misericordioso, y las plegarias que decimos los días hábiles conocidas como Tajanun o Tajanunim.
Estas plegarias tienen diferentes formatos dependiendo del origen sefaradí, askenazí, etc. Y se dicen cada mañana y también por la tarde.

Es una plegaria básicamente individual, y en su mayoría, silenciosa.

De este modo se transforma en una oportunidad de explorar diariamente nuestra vida, nuestros errores, y trabajar para repararlos.

La tradición judía nos enseña que no hay que esperar a Iom Kipur para reparar y pedir perdón, sino que hay que hacerlo lo antes posible, y para eso debemos tomarnos el tiempo para reflexionar sobre cada una de nuestras acciones.

Shabat Shalom

Rab Alejandro S. Bloch